Desvaríos varios de una mente muy iluminada y poco rígida- o lo que se me pasa por la cabeza. Espita gorgorita lo que se da no se quita conviérteme en... PEPITA PULGARCITAAAAAAAAAAAAAA
10/03/2006
Yo no quiero ser así
"Yo no quiero ser así, como mis profes del cole, yo no quiero dar la clase como me las dieron a mí, las que me tuve tragar en mis años escolares". Esto me decía hoy una compañera del cole donde estoy dando clases de francés. "No quiero decir las mismas frases que ellos, ni que el caracter se me agríe, ni pasarme el día hablando de lo mal que se portan los del 1º a o b o c y soñando despiertos con el próximo puente", seguía diciendo. "Pero es que hay algo en el ambiente de los coles e institutos que te hace transformarte en Doña Ángela o la señorita Mª Carmen de mi infancia; tu iniciativa y buenas intenciones chocan muchas veces con el muro de la indiferencia de los niños- acostumbrados al A, B, C de la rutina escolar, de la que se desprenden muy dificilmente- o con la "burocracia" de los centros y sus reuniones de ciclo, de nivel, claustros, normativas, proyectos curriculares, planes para la implantación de las TICs..., en las que al final no hay cabida para tus ideas o tus pequeños proyectos." Tiene una parte de razón mi compañera, pero, al final de cuentas, el que "manda" dentro de la clase, el que decide, el que planea, el que lucha contra las doñaangelas y señoritasmaricarmen de la docencia, mosntruos en las cajoneras de las aulas, es uno mismo, ese profe que igual todavía no ha perdido la ilusión ni las ganas de cambiar las cosas. Eso le he dicho.
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4 comentarios:
El sueño se hace a mano y sin permiso, dice el poeta. O sea que las clases buenas suceden más a pesar de la institución que como realización de cualquier plan o ideal de la misma. Al menos, ésa es la experiencia que yo tengo, después de diez años de andar en ello, e incluso dos de aceptar responsabilidades en un equipo directivo.
Tenéis razón el poeta y tú, Al, las clases buenas suceden, a pesar de los pesares, y a veces sin querer.
A veces, sin embargo, dicho con toda la ironía posible, uno en un tiempo fue un profesor mágico que era capaz de transformar el aula en un centro de rebeldía y de producción de ideas innovadoras. Algo muy fuerte. Luego, inadvertidamente y poco a poco, cambia el sistema, cambias tú, y terminas convirtiéndote en don Pepito al cabo de los años. Te preguntas luego ¿dónde está aquél que fuiste? Y la respuesta es desoladora. Mejor no seguir.
Joselu, espero que "ese mejor no seguir" sea "no seguir haciéndose esa pregunta" y no "no seguir en esto de la enseñanza", porque si no, aviados estamos!- que decía mi abuela.
gracias por la visita.
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